Anión — Oye amigo, ¿por qué te compraste ese software para tu restaurante?, ¡nadie lo conoce!, te hubieras ido a lo seguro, mira, el que yo tengo, es muuuuy bueno!, muy conocido, está muy probado!. Pero te entiendo, ¡estas chavo!, no le sabes aún a la tecnología restaurantera!
Catión—Anión, difiero de ti, evalué tu software, pero para mí: Su tecnología esta muuuy vieja, por lo menos tiene 17 años, y eso en tecnología … ES VIEJO!, y por lo viejo, si, está muy, muy probado, pero no puedo invertir en él, porque no quiero en uno o dos años VOLVER A INVERTIR, mira, tu software es LOCAL, hay que instalarlo, hay que comunicarlo si quiero abrir otra sucursal, hay que invertir en servidor, y no puedo usarlo desde mi celular para ver mi negocio y administrar en TIEMPO REAL, además, como está hecho a la antigua, YA NO CRECE!, el mío puede crecer tanto como yo quiera, tiene nóminas, contabilidad, gastos bancos, monedero, y muchas cosas más.
Anión— Mmmm… no se… el mío aún me funciona bien
Catión—Esta bien, ya tienes algunos años con él, ya desquitó lo que te costó, ¿no?
Anión—Exacto, creo voy a esperar a que, con el tiempo, ya salga una nueva versión
Catión—No es una buena idea, porque toda la estabilidad que ganó en 17 años, se perderá, empezará de cero, con muchos errores e inconsistencias, será un software totalmente NUEVO, por lo tanto con las fallas normales de quien inicia, y… no te va a gustar, ¡nada!
Anión—Oye Catión… ¿y si me muestras cómo funciona el que compraste?
Catión— ¡Si Anión!, ¡vamos!